Libro 13 - Capítulo 12
La Decisión de Desri
Traducción: Radak, Hiraga le Blanc Ani
Edición: Radak, Sho Hazama
Corrección: Radak
Edición: Radak, Sho Hazama
Corrección: Radak
De temperamento gentil, con una sonrisa siempre presente en su rostro. Esta era la imagen de Desri que Linley tenía en su mente. Pero en este momento, el cabello de Desri estaba despeinado, y todo su cuerpo emanaba un aura brutal. Incluso cuando Desri notó la llegada de Linley, él no había cambiado su aura en lo absoluto.
“Viniste.” Desri dijo con calma.
Linley en secreto suspiró.
La destrucción de su clon divino había sido al parecer verdaderamente un gran golpe a la mente de Desri.
“Desri, es inútil sentir pesar por la destrucción de tu clon divino. En este momento, lo que puedes hacer es trabajar duro y pensar acerca de tu futuro camino. La forma en que estás en este momento, tan frustrado que ni siquiera estás hablando con tus amigos y familiares, mantener todo embotellada en el interior, harás que tu familia y amigos se sientan preocupados por ti.” Linley instó.
Desri se quedó en silencio por un momento.
“Cuando regresé, mi mente estaba en un estado de caos. No quiero hablar con ellos.” Desri habló.
Linley asintió levemente.
Desri y Linley eran diferentes. Después de todo, Desri había trabajado duro durante más de cinco mil años para convertirse en una Deidad. Los resultados de sus cinco mil años de esfuerzo habían desaparecido en un día. Nadie podría en un principio ser capaz de aceptar algo así con perfecta calma.
“Desri, ¿cuál es tu decisión?” Linley suspiró a medida que preguntó. “¿Vas a entrenar en otras Leyes Elementales para convertirte en una Deidad por tu cuenta, o buscarás una chispa divina Semidiós y te fusionaras con ella para convertirte en una Deidad?” En este punto, Desri no tenía otras opciones.
Desri dejó escapar una risa burlona.
“¿Entrenar en otras Leyes Elementales?” Desri miró a Linley. “Linley, fui más hábil en las Leyes Elementales de la Luz, pero aun así, me tomó un período muy largo de tiempo para convertirme en una Deidad. Si tuviera que cambiar a otras Leyes Elementales, ello me tomaría más de diez mil años. Dime, ¿cómo es posible que pueda convertirme en una Deidad por mi cuenta de nuevo?”
Linley se quedó en silencio por un momento.
Linley entendió que cada persona tenía sus propios puntos fuertes y especialidades. Por ejemplo, si Linley se viera obligado a entrenar en las Leyes Elementales de la Oscuridad, de la cuál él no sabía nada, a pesar que gastara diez veces o cien veces la cantidad de esfuerzo, sus logros en las Leyes Elementales de la Oscuridad todavía no alcanzarían el nivel de sus Leyes Elementales del Viento.
La mitad del esfuerzo para el doble de resultados; Doblar el esfuerzo para la mitad de los resultados. Había una gran diferencia entre los dos.
“Desri, sé que tienes la mayor aptitud para las Leyes Elementales de la Luz...” Linley dijo solemnemente. “Esa chispa divina tuya fue capturada por ese hombre de túnica plateada que sirve a Ojwin. No te preocupes. Definitivamente vendré con una manera para tomar esa chispa divina de nuevo para ti.”
Si el cuerpo original de Desri fue a fusionarse con su propia chispa divina, entonces él sería capaz de tener éxito en un período muy corto de tiempo.
Pero Linley también entendió que era difícil decir si o no ese hombre de túnica de plata se mostraría de nuevo.
“Si no soy capaz de encontrar tu chispa divina, entonces vendré con una manera de encontrar otra chispa divina de estilo luz.” Dijo Linley.
Como Linley lo vio... Originalmente, cuando Ojwin había atacado, Desri le había dado un gran apoyo al no retirarse inmediatamente, lo que dio lugar a que su clon divino sea destruido. Desri originalmente tenía un futuro en las Leyes de estilo luz, pero ahora, su única opción era elegir la fusión con una chispa divina para convertirse en una Deidad de nuevo.
Él, Linley, tenía que ayudarlo.
“No es necesario.” Dijo Desri con inquebrantable determinación.
Linley no pudo evitar sentirse sobresaltado.
¿Qué quería este Desri? Podría ser que él mismo, confiando en su poder como Santo Primordial, iría a tomar una chispa divina?
“No quiero entrenar en las Leyes Elementales de la luz por más tiempo.” Desri miró a Linley y suspiró. “Linley, después de múltiples batallas, he descubierto que entrenar en ataques espirituales es bastante desventajoso en las batallas. Quiero entrenar en misteriosas verdades que son de uso en combate cuerpo a cuerpo.”
“¿Combate cercano?” Linley se sorprendió un poco.
Él no esperó que en realidad Desri decidiera cambiar su ruta de entrenamiento.
Pero tenía sentido. Después de convertirse en una Deidad, Desri había participado en dos grandes batallas, la primera vez en contra Beaumont, la segunda vez contra el hombre vestido de plata que servía a Ojwin. Desri se había dado cuenta que... Únicamente utilizando ataques espirituales era en gran medida una desventaja en la batalla.
A pesar de que el alma era extremadamente importante, los ataques físicos eran más eficaces.
“Si ese es el caso.” Linley llegó a una decisión. Con un giro de su mano, Linley cogió una chispa divina negra de la nada, la cual actualmente emanaba un aura de muerte.
Desri no pudo evitar mirar a la chispa divina. “Linley, ¿qué es esto?” Pero Desri se dio cuenta de lo que era también.
Linley asintió levemente. “Bien. Esta es la chispa divina que obtuve cuando matamos a Beaumont. La naturaleza de esta chispa divina es de los Edictos de la Muerte. En el entrenamiento, aparte de las Siete Leyes Elementales, también están los Cuatro Edictos. Los Edictos de Muerte incluyen ambos fuertes ataques espirituales, así como también fuertes habilidades de combate cercano. Fusiónate con ella, investígala, y rompe a través. Deberías ser capaz de tener algunos logros.”
Desri vaciló un poco.
En realidad, en este momento, Desri deseaba mucho esta chispa divina. Sólo, las chispas divinas eran simplemente demasiado preciosas.
Linley había sido el único en matar a Beaumont, por lo que la chispa divina, naturalmente, fue a él.
“Tómala.” Linley era naturalmente capaz de decir lo que Desri estaba pensando. El lanzó la chispa divina directamente a Desri, quien inconscientemente la atrapó. A medida que su mano se cerró alrededor de la chispa divina, los ojos de Desri comenzaron a brillar.
Ahora que tenía una chispa divina, convertirse en una Deidad de nuevo no era más que una cuestión de tiempo.
“Gracias.” Desri se limitó a decir esto a Linley.
Linley sonrió. “Desri, tal como lo veo, es mejor si vienes al Castillo Sangre de Dragón a entrenar. Actualmente, Tarosse y Dylin están allí. Es bastante seguro allí... En cuanto a este lugar, me preocupa que las Deidades pudieran descubrir que se estás fusionándote con una chispa divina. Ellos podrían venir y robártela.”
Desri asintió con la cabeza.
En el actual continente Yulan, había muchas Deidades presentes.
A pesar de que estaba entrenando dentro de la montaña, Desri no sería capaz de evitar el sentido divino de una Deidad. Lo más probable es que la gran mayoría de las Deidades estaría dispuesta a matar a Desri, un mero Santo Primordial, por el bien de la adquisición de una chispa divina.
Cuando Desri salió, Pennslyn, Reynolds, y los otros, todos dejaron escapar un suspiro de alivio. Esta vez, Desri explicó claramente lo que sucedió a Pennslyn. Sólo ahora Pennslyn supo que... Su esposo en realidad había perdido su chispa divina.
No era de extrañar que hubiera sido así.
Por el bien de la seguridad, Pennslyn y los demás decidieron ir con Desri al Castillo Sangre de Dragón también.
El interior del Castillo Sangre de Dragón era muy amplio. Ni siquiera sería un problema si llegaran miles de personas. Linley estaba muy feliz también... Debido a que esto significaba que Reynolds también estaría viviendo en el Castillo Sangre de Dragón. Los dos hermanos volverían a ser capaces de beber y charlar a menudo juntos.
Mientras tanto, después de que las fuerzas de Ojwin habían sido expulsadas del Imperio Baruch, las otras Deidades que permanecían escondidas en el continente Yulan, viendo que incluso el Dios Completo, Ojwin, había sido enviado a huir, ellos no se atrevieron a soñar con hacerse cargo del Imperio Baruch por sí mismos.
El Imperio Baruch volvió lentamente a la normalidad.
El lado de Linley permaneció en el Castillo Sangre de Dragón, entrenando en satisfacción, pero las fuerzas de Ojwin, que habían sido enviadas a huir, no podían ser tan relajadas.
En un pequeño pueblo cerca de las fronteras del Imperio O’Brien, el Dios exaltado, Ojwin, se ocultaba aquí por ahora. Actualmente, el Imperio O’Brien era territorio de Lord Adkins. No importa qué tan audaz era Ojwin, él no se atrevería a tomar el territorio de Adkins.
“Recientemente, su Señoría ha estado en un estado de ánimo inestable.”
“Kingsley murió. No es de extrañar que su Señoría esté actuando así.”
Un hombre vestido de plata estaba charlando con un hombre vestido de negro. En los últimos días, casi nadie se atrevió a ir a molestar a Ojwin. Ellos esperarían que Ojwin les diera órdenes, y luego irían a llevarlas a cabo.
Ojwin estaba sentado frente a su escritorio, bebiendo una copa de vino tras otra, su mirada sin resolver. Claramente, él estaba pensando en algo.
“Olivier...”
Cuanto más Ojwin pensaba en ello, más su cuerpo de forma natural emitía esa aura siniestra. ¡Él realmente quería matar Olivier!
“Si no mato a Olivier, nunca estaré a gusto.” La rabia ardiente de Ojwin seguía elevándose. “Pero la fuerza de ese Tarosse es simplemente demasiado sorprendente. Incluso si tuviera que luchar contra él con toda su fuerza, probablemente todavía estaría en desventaja. Con él y Dylin ambos quedándose en el Castillo Sangre de Dragón, ¿cómo voy a matar a Olivier?”
Ojwin era un hombre de gran ambición.
Él era capaz de resistir, mientras que al mismo tiempo, no estaba dispuesto a subordinarse a los demás.
A través de los incontables años que había pasado en la Prisión Planar de Gebados, Ojwin sólo tenía dos metas que había perseguidos; Llegar a las mayores alturas del poder y la autoridad, y proteger a su hijo.
Él no casualmente decidía ofender a los demás. En la Prisión Planar, él había conocido a un buen número de expertos, muchos de ellos con lo que estaba en buenos términos. ¡Él fue capaz de ganar un poco de fama en Ciudad Fuego Azul, mientras que al mismo tiempo, Ojwin persiguió continuamente el objetivo de convertirse en un Dios Altivo!
Un Dios Altivo era simplemente mucho más poderoso que un Dios jamás podría ser.
Ahora que su hijo había muerto, Ojwin quería buscar venganza. Al mismo tiempo, todavía tenía el objetivo de convertirse en un Dios Altivo.
“En primer lugar, venganza.” Ojwin miraba hacia el Suroeste. “Pero por mí mismo, es imposible para mí ir al Castillo Sangre de Dragón y matar a Olivier cuando él está protegida por Tarosse y Dylin. Parece, voy a tener que tomar esta decisión...”
A Ojwin no le gustaba subordinarse a otros.
Pero ahora, se decidió a hacerlo.
“Oerph tiene algo de rencor contra mí. Si voy servir a Lord Adkins, al menos que Hanbritt que le sirve está en buenos términos conmigo. En ese lugar, voy a ser capaz de establecerme rápidamente. No debería ser demasiado difícil para mí ganar venganza, confiando en el poder de Lord Adkins.”
La mirada de Ojwin se volvió tan fría y tan afilada como un cuchillo.
“Olivier. ¡Definitivamente voy a matarlo! ¡¡Voy a destruir su alma y dispersar su espíritu!!!” Ojwin apretó los dientes.
La capital imperial del Imperio O’Brien. El palacio imperial.
El clan imperial que había estado en el palacio imperial había sido exterminado hace mucho tiempo. Este era ahora el lugar donde vivía Lord Adkins. Adkins tenía unos pocos pasatiempos. Le gustaba usar ropa extravagante, le gustaba probar algunos alimentos preciosos, raros, y le gustaba ver bailar a mujeres hermosas...
Él sostenía una copa de vino en su mano derecha, tan blanco como el de una mujer. Tomó un gentil sorbo de vino, sonriendo con calma mientras observaba a las muchas mujeres que bailaban dentro de las flores en frente de él.
En este momento, en los jardines de flores, el joven con el cabello corto plateado estaba actualmente trayendo a Ojwin.
“No te apresures. Lord Adkins está actualmente disfrutando de sí mismo. En un momento como este, Lord Adkins odia cuando otros lo perturban.” El joven con el cabello corto plateado explicó.
Ojwin asintió y rio, “He oído también que cuando Lord Adkins estaba en Ciudad Fuego Azul, le gustaba divertirse. Sólo alguien tan exaltado como Lord Adkins era capaz de disfrutar de sí mismo así en un lugar como la Prisión Planar de Gebados.”
El joven de cabello plateado rio también.
Otros habían sido atormentados en la Prisión Planar, pero alguien tan poderoso como Adkins, disfrutaban de su tiempo allí.
“Adelante.” Una voz resonó en su mente.
El joven de cabello plateado llevó inmediatamente a Ojwin a los jardines de flores. Al llegar frente a Adkins, Ojwin se arrodilló inmediatamente en una rodilla con respeto. “¡Yo pago mis respetos al exaltado y poderoso Lord Adkins!” Ojwin bajó la cabeza.
Adkins, sentado en su silla, miró de reojo.
“¿Ojwin? Cierto, oí que hace un tiempo, estabas en el Imperio Baruch.” Dijo Adkins con una sonrisa.
“Mi fuerza era inferior a la de otro, y por ello tuvo que salir del Imperio Baruch.” Ojwin todavía no se atrevía a levantar la cabeza.
A pesar de que ahora se unía al lado de Adkins, Ojwin no se atrevió a pedir que Adkins lo ayude. El sabía que... Para un Dios Altivo, independientemente de si él aceptaba a otro Dios en su entorno no tenía mucho de una diferencia en lo absoluto.
“Puedes levantarte.” Dijo Adkins con calma. “A partir de hoy, puedes permanecer en este palacio imperial también. Si hay algo que necesito, te voy a enviar órdenes.”
“Sí, Lord Adkins.”
Ojwin sintió aliviado.
El sabía que... Ahora que él estaba sirviendo a Adkins, al menos Adkins lo protegería.
“Ojwin, puede irte por ahora.” Dijo Adkins.
“Sí, Lord”. Ojwin se fue respetuosamente.
Adkins miró al cercano joven de cabello plateado. “Hanbritt, por lo que sé, cuando esas personas que habían ido a la Necrópolis de los Dioses regresaron, ese Beirut debería haber vuelto al Bosque de la Oscuridad. Qué tal esto... Envía a un subordinado para hacer un viaje al Bosque de la Oscuridad. No es necesario que te diga cuál es el propósito, ¿verdad?”
“Sí, Lord”. El joven de cabello plateado, ‘Hanbritt’, dijo con respeto.
Adkins miraba hacia el Noreste, y luego rio. Él bebió el vino que quedaba en el vaso de un trago.