Libro 8 - Capítulo 58
La Solicitud de Blumer
Traducción: Xaviarus
Edición: Radak, Sho Hazama
Corrección: Radak
Edición: Radak, Sho Hazama
Corrección: Radak
El grupo de Linley desembarcó en el puerto, empezando a viajar en dirección a la capital imperial. Pero a medida que este puerto se encontraba en la región central de la provincia Administrativa del Suroeste, desde allí hasta el centro de la Provincia Administrativo O’Brien era un viaje de cuatro mil kilómetros después de tener en cuenta las curvas de las carreteras.
Dicha distancia tomaría por lo menos diez días o medio mes, incluso si uno montaba caballos a todo galope todo el tiempo.
En el camino a la capital imperial de Channe, muchas personas estaban hablando de la estrella en ascenso del Imperio: Blumer Akerlund.
“He oído que cualquier persona que se convierte en el discípulo personal del Dios de la Guerra tiene la posibilidad de convertirse en un combatiente nivel Santo eventualmente. Blumer tiene tanta suerte.”
“¿Qué quieres decir, ‘tiene la posibilidad’? Está garantizado.”
En muchos de los restaurantes comunes de la capital imperial, los hombres que bebían hablarían fuertemente sobre este tema. “Ese día, cuando se anunció que Blumer sería el discípulo personal, yo estaba allí mismo. Tres de los discípulos personales del Dios de la Guerra vinieron, y los tres eran expertos nivel Santo. “
“No todos sus estudiantes están necesariamente en el nivel Santo. El Dios de la Guerra ha aceptado un total de veintisiete discípulos, y el primero fue aceptado hace más de cinco mil años. Él podría haber muerto ya. Y están los otros discípulos personales que han desaparecido. ¿Quién sabe si todos ellos alcanzaron el nivel Santo o no?” Alguien más discutía.
“¿No crees en el poder del Dios de la Guerra?”
“Por supuesto que creo en el Dios de la Guerra, pero ¿son sus discípulos personales necesariamente tan formidables?” El hombre frunció los labios. “Entrenar requiere talento natural. Mira al Santo Prodigio de la Espada, Olivier. Él entrenó por su cuenta y aun así llegó a ser tan poderoso. ¿Cuántos de los discípulos del Dios de la Guerra pueden competir con Olivier?”
“Tú no eres Olivier. No estás calificado para hablar mal de Blumer. Lo que es más, Lord Olivier y Lord Blumer son hermanos, ¿sabes?”
Ese año, cuando Olivier había entrado en el nivel Santo, había derrotado fácilmente al Santo de la Espada Estelar, Dillon. Así, todo el mundo creyó que Olivier ya poseía el poder de un combatiente en la etapa pico del nivel Santo.
Aunque Dillon mismo era solamente un experto nivel Santo en la etapa media, si Olivier no estuviera en la etapa pico, ¿cómo podría tan fácilmente derrotar a Dillon?
“He oído que mañana, Su Majestad Imperial va a celebrar una audiencia personal con Blumer y conferirle un título de nobleza.” Alguien dijo de repente.
“He escuchado esto también. Mañana, muchos de los nobles de la capital imperial va a visitar el Palacio Marcial.”
El Imperio O’Brien era un Imperio que valoraba mucho la fuerza marcial y valoraba a sus militares. Desde que el emperador fundador del Imperio era el Dios de la Guerra, era natural que este fuera el caso. Cada vez que el emperador del Imperio deseaba reunirse con sus ministros, él los convocaría al Palacio Marcial.
El Palacio Marcial fue nombrado por el Dios de la Guerra por sí mismo.
Al día siguiente.
Muchos nobles de la capital imperial se levantaron muy temprano el día de hoy. Se vistieron formalmente, luego uno tras otro, entraron en sus carruajes y se dirigieron hacia el palacio imperial. Hoy, el emperador iba a conferir un título de nobleza a Blumer. Este era un asunto importante.
Cada discípulo personal del Dios de la Guerra recibiría un título de nobleza del Imperio.
Para un emperador tener la oportunidad de hacerlo incluso una sola vez ya era bastante suerte. Después de todo, en los últimos cinco mil años, ha habido más de cien emperadores, pero sólo veintisiete discípulos personales.
El rango del título ya se estableció. Nunca fue tan alto como un ‘Duque’; era por lo general un ‘Marques’.
“Después de convertirse en el discípulo personal del Dios de la Guerra, el rango noble conferido a Blumer es aún mayor que el que yo recibí.” Wharton casualmente pensó mientras viajaba en su carruaje.
Los discípulos personales tenían un estatus muy exaltado. Después de todo, cualquier persona calificada para ser un discípulo personal era casi seguro capaz de alcanzar el nivel Santo.
Lo que es más, tenían el respaldo del Dios de la Guerra en sí mismo. Naturalmente, nadie se atrevía a ofenderlos. Y si ofendías a un solo discípulo personal, todos los otros discípulos personales posiblemente aparecerían también.
Al llegar a las puertas del palacio, Wharton dejó su carruaje y se dirigió casualmente al interior al lado de los otros nobles.
El Palacio Marcial usualmente sólo tenía alrededor de un centenar de ministros presentes en la corte por la mañana, pero hoy era una ocasión especial. Muchos nobles, que por lo general no tenían que asistir a la corte matinal, estaban presentes, y por lo tanto un número muy elevado de personas estaban allí.
Ordinarios nobles imperiales ni siquiera estaban calificados para unirse a esta ceremonia. Los que participaron fueron todas las personas con poder y autoridad. En cuanto a Wharton, él era un Conde que había recibido su título de nobleza del propio emperador, y así él estaba calificado para participar.
El Palacio Marcial normalmente parecía muy grande y vacío, pero ahora que estaba lleno con más de ochocientos nobles y ministros, no parecía muy grande en lo absoluto. La gente estaba en todas partes.
“Blumer, felicitaciones.”
En el centro del palacio, había mucha gente que rodeaba a Blumer, felicitándolo calurosamente. El hermano mayor de Blumer era un experto nivel Santo, mientras que Blumer probablemente en un futuro se convertiría en un experto nivel Santo también. Incluso el más poderoso de los clanes no sería tan tonto como para enfadar a un experto nivel Santo.
Blumer asintió en silencio en respuesta a cada uno de los nobles.
“¿Poder Mundano?” Blumer no se preocupaba por ello.
En su corazón, lo que verdaderamente adoraba era a su hermano mayor, Olivier. Incluso las técnicas de espada que utilizó habían sido desarrolladas, y luego enseñadas a él por Olivier.
Desde que era joven, Olivier había mostrado cantidades asombrosas de talento, y siempre había protegido a Blumer también. Si alguien se atrevía a maltratar a Blumer, Olivier definitivamente vengaría a su hermano menor.
“Hermano mayor está entrenando solo en ese pico de la montaña. Me pregunto cuál es el nivel que ha alcanzado ahora.” Blumer en silencio se preguntó a sí mismo.
Hace casi nueve años, su hermano mayor había entrado en el nivel Santo y fácilmente derrotó al Santo de la Espada Estelar, Dillon. En ese momento, había algunos que ya creían que Olivier poseía el poder de un experto en la etapa pico del nivel Santo.
Pero Olivier no aceptó ningún regalo o títulos. Él iba por su cuenta, continuando su entrenamiento.
Hace tres años, Olivier comenzó a entrenar solo en una montaña estéril fuera de la capital imperial. Nadie sabía cuan poderoso Olivier, que hace nueve años ya poseía el poder de la etapa pico del nivel Santo, se había convertido.
“Tal vez un día, mi hermano mayor alcanzará el nivel de Deidad también.” En el corazón de Blumer, su hermano mayor era un genio indiscutible. No había nada que su hermano mayor no pudiera lograr.
Y, de hecho, este fue el caso.
Olivier era un genio de tal manera que incluso el Dios de la Guerra había suspirado en alabanza y querido aceptar como discípulo.
“Su Majestad Imperial ha llegado.” Muchos nobles se dieron cuenta que el Emperador había llegado, y de inmediato regresaron a sus posiciones designadas, formando filas ordenadas, a medida que presentaron sus respetos al emperador.
El emperador del Imperio O’Brien, Johann O’Brien, era un emperador muy justo, aparte de ese pequeño problema de parcialidad.
Johann era bastante alto, de pie 1,9 metros de altura. Incluso después de convertirse en emperador, él continuó entrenando su qi de batalla, causando que su cuerpo fuera poderoso y robusto. Vestido con sus ropas imperiales, se sentó en su trono imperial, mirando a todos.
“Jaja, ¿dónde está Blumer?” Emperador Johann rio mientras miraba hacia abajo a sus súbditos. Hoy, Johann estaba extremadamente feliz. Ni su padre ni su abuelo tuvieron la oportunidad de otorgar un rango de nobleza a uno de los discípulos personales del Dios de la Guerra, pero él lo hizo.
Este tipo de oportunidad pasaría sólo una vez en la vida.
Con cerca de ochocientas personas de pie delante de él, Johann no podía ver inmediatamente dónde estaba Blumer. Blumer salió de la multitud. De pie en el centro del palacio, se inclinó respetuosamente. “Blumer presenta sus respetos a usted, Majestad Imperial.”
Johann inspeccionó cuidadosamente a Blumer, luego suspiró en alabanza. “Eres en verdad increíble. ¿Quién habría esperado que el clan Akerlund repente produjera dos genios? No eres inferior a tu hermano mayor en lo absoluto.”
Un rastro de sonrisa yacía en el rostro de Blumer.
Donde sea que otros lo ponían en el mismo nivel que su hermano mayor, Blumer se sentía muy orgulloso.
“Nosotros estamos muy contentos de que seas capaz de convertirte en el discípulo personal del Dios de la Guerra. Hoy, Nosotros vamos a conferirte el título nobiliario hereditario de Marqués, una mansión en Boulder Street, un centenar de guardias, cien doncellas, y cien mil monedas de oro.” Johann dijo en voz alta.
Todo el mundo miró celosamente a Blumer.
En términos generales, con cada generación, el rango noble de marqués se reducía en un rango. Si los descendientes futuros eran incompetentes, después de unas pocas generaciones, serían plebeyos de nuevo y la nobleza se perdería.
Pero los títulos nobles hereditarios eran diferentes. Nunca caerían en rango. Un rango hereditario de marqués era mucho más importante que incluso los ducados más ordinarios. El Imperio tenía muchos duques, más de un centenar. Pero muy pocos de ellos eran hereditarios.
“Gracias, Majestad Imperial.” Blumer se inclinó respetuosamente.
Johann asintió con satisfacción. En realidad, ya estaba predeterminado este regalo. A cada discípulo personal del Dios de la Guerra se le daba un Marquesado, y en cada caso se trataba de un título hereditario.
En medio de la multitud de nobles y ministros, Wharton miró a Blumer, de pie con orgullo en el centro.
Anteriormente, había perdido con Blumer cuando el Colegio del Dios de la Guerra seleccionó discípulos honorarios. Los dones que el Emperador había dado previamente a Wharton fue el título hereditario de Conde, cincuenta guardias, cincuenta doncellas, y cincuenta mil monedas de oro. Claramente, el regalo de Blumer estaba en un nivel superior.
Wharton no se preocupó demasiado por los bienes terrenales.
Pero en su corazón, Wharton ya había considerado a Blumer como un oponente. “A pesar de que es casi diez años mayor que yo, él es solamente una persona común. Soy un Guerrero Sangre de Dragón. Esos dos se cancelan. No importa qué, no soy más débil que él.” Wharton era extremadamente orgulloso y terco.
Pero él se escondió estos sentimientos en su corazón.
“Blumer, hoy, Nosotros estamos en un muy buen estado de ánimo. Eres el primer discípulo personal al que Nosotros hemos conferido un título de nobleza después de que subimos con éxito al trono. Jaja. Dime, ¿hay algo que desees? Siempre que sea razonable, Nosotros definitivamente estaremos acuerdo.” La voz de Johann resonó en el Palacio Marcial.
Las miradas de todos giraron hacia Blumer.
En realidad, estas palabras de Johann eran sólo una forma de cortesía. Históricamente hablando, la gran mayoría de los discípulos personales diría algo como: “Gracias por su amabilidad, su Majestad Imperial.” Ellos en realidad no pedirían nada.
“Su Majestad Imperial, su sirviente tiene de hecho un favor que pedir.” Dijo Blumer.
Wharton quedó mirando Blumer con un poco de sorpresa.
“Habla.” Johann magnánimamente hizo un gesto con la mano.
Blumer hizo una reverencia antes de hablar.
“Su Majestad Imperial, su sirviente ha visto a la Séptima Princesa, y cuan pronto como la vi, mi corazón fue atrapado por ella. Su sirviente suplica humildemente que su Majestad Imperial le dé la mano de la Séptima Princesa en matrimonio.”
Habiendo dicho esto, todo el mundo en el palacio estaba aturdido.
¡Pedir casarse con una princesa!
Este Blumer realidad pidió casarse con una princesa.
Al oír estas palabras, Wharton sintió que su cabeza se mareaba. Él negó con la cabeza, mirando fijamente a Blumer en el centro del palacio.
Blumer sólo miró fijamente en silencio al Emperador.
“Su sirviente humildemente suplica que su Majestad Imperial conceda la petición de su sirviente.” Dijo Blumer otra vez.
Todos los nobles y cercanos ministros giraron para mirar a Wharton. ¿Quién en la capital imperial no sabía nada de Wharton y Nina? Hace apenas un tiempo, Caylan, el hijo del Primer Ministro Imperial de Izquierda, había buscado personalmente a Su Majestad Imperial para informarle que ya no perseguiría a la Séptima Princesa.
Muchas personas creían que Wharton y Nina sin duda serían una pareja.
Incluso el emperador Johann había estado planeando seleccionar un día propicio para que Wharton y Nina se casen. Pero esta petición de Blumer hizo que Johann lo reconsidere de repente.
Johann miró a Wharton, que estaba en la multitud. Con 2.2 metros de altura, era el más alto de los nobles y ministros locales.
Riendo, dijo Johann “Blumer, Nosotros realmente deseamos concederte este favor también, pero también tenemos que preguntarle a Nina lo que piensa. No seas impaciente. Jaja...”
“Sí, Su Majestad Imperial.” Blumer no dijo nada más.
Después de que se suspendió la corte, Wharton intercambió una mirada rápida con Blumer antes de que ambos abandonaran el Palacio Marcial. Para Blumer actuar repentinamente de tal manera había atrapado a Wharton con la guardia baja.
El Emperador, Johann, estaba tomando un paseo en su jardín de flores. Se encontraba en un estado de ánimo maravilloso.
“Ese Olivier no se preocupa por la fama o la nobleza. Es difícil para mí reclutarlo. Estaba pensando en cómo atraer al clan Akerlund más cerca de mí, pero no me esperaba... No me esperaba...”
Para Johann, Olivier, que había derrotado al Santo de la Espada Estelar Dillon cuando había entrado en el rango Santo, era de hecho una persona con la que vale la pena construir una relación.
Y su hermano menor era el discípulo personal del Dios de la Guerra.
El clan Akerlund, en el futuro, es casi seguro de que poseería dos combatientes nivel Santo poderosos.
“Olivier era tan poderoso al entrar en el nivel Santo. En el futuro, va a ser sin duda aún más sorprendente. Al mismo tiempo, no puedo rechazar darle cara al discípulo personal del Dios de la Guerra.” Johann frunció el ceño. “Pero ese Wharton...”
Esta fue la razón por la que Johann no había aceptado de inmediato en el Palacio Marcial.
Wharton y Nina verdaderamente se amaban el uno al otro.
“Wharton sólo tiene el apoyo de los restos del clan Guerrero Sangre de Dragón, mientras que detrás de Blumer está el apoyo del Dios de la Guerra y Olivier.”
Johann verdaderamente hizo dar un gran peso a la posición de Blumer como el discípulo personal del Dios de la Guerra.
“Voy a seguir retrasándolo por ahora. No hay prisa.”
Johann decidió utilizar la misma estrategia que había utilizado anteriormente contra Wharton y Caylan cuando estaban luchando por Nina. Sólo, en su corazón, Johann ya estaba inclinado hacia Blumer.
Pero lo que los nobles de la capital imperial de Channe, no sabían era que en este mismo momento, el grupo de seis expertos del nivel Santo de Linley se apresuraban en dirección a la capital imperial.