Libro 3 - Capítulo 5
El Precio (Parte 2)
Traducción: Radak
Edición: Radak, Sho Hazama
Corrección: Radak
Edición: Radak, Sho Hazama
Corrección: Radak
El Conde Juneau aún rechazaba hacer una oferta. Él planeaba hacer su oferta el 30 de junio. Mientras el tiempo pasaba, la valoración de las tres esculturas continuaba subiendo, pero debido a que incluso el trabajo de un experto artesano era valorado en alrededor de mil monedas de oro, el precio subía lentamente.
500 monedas de oro. 510 monedas de oro. 515 monedas de oro.
Las ofertas continuaban subiendo lentamente. Por el 29 de junio, habían subido a 625 monedas de oro.
30 de junio.
El Conde Juneau en realidad no apareció esta mañana, lo cual era una rara ocasión. Él esperó hasta que caiga la noche, debido a que la Galería Proulx no cerraba hasta medianoche. Las tres esculturas de Linley también serían removidas de la galería a medianoche.
“Ayer el precio era de 625 monedas de oro. Haré mi oferta al final.” El Conde Juneau sonrió mientras caminaba hacia las tres esculturas.
“¿900 monedas de oro? ¿Qué idiota hizo esta oferta?” Al ver la oferta más alta, el corazón del Conde Juneau explotó con furia.
Ayer el precio era solo 625 monedas de oro, pero en un día, el precio había subido dramáticamente. A pesar que el Conde Juneau estaba furioso, no había nada que él pudiera hacer. Decidió espera pacientemente, y después de un largo periodo de tiempo, finalmente alzó la vista hacia el reloj.
“Ya son las 11 pm. En una hora, el lugar cerrará.” El Conde Juneau reveló un rastro de una sonrisa.
En Ciudad Fenlai, el Conde Juneau podía ser considerado como un noble de clase media. Cuando era joven, en realidad el Conde Juneau era muy pobre. Después, fue debido a su perspicaz inversión y recolección de esculturas que lo ayudó a lentamente ganar riqueza. Su valor neto actual estaba en los cientos de miles de monedas de oro.
“Conde Juneau, ¿también está aquí?” Un hombre de mediana edad con bigote en una camisa sonrió mientras se acercaba.
Al ver a esta persona, el semblante del Conde Juneau cambió, pero aún fue capaz de sonreír con calma. “¡Conde Demme! Son casi las once. ¿Por qué está aquí?” Pero en su corazón, el Conde Juneau sentía que las cosas se habían vuelto peores.
El Conde Juneau y el Conde Demme ambos eran consideras más que famosos coleccionistas de esculturas dentro del círculo de nobles de Ciudad Fenlai.
“¿Yo? Por esas tres esculturas, por supuesto.” El Conde Demme acarició sus bigotes, luego dijo contentamente, “Conde Juneau, mire. Las líneas y el aura de esas tres esculturas son muy hipnotizantes. El experto que fue capaz de producir tan única aura debe también ser una persona única.”
El Corazón del Conde Juneau tembló.
De hecho...
Este Conde Demme también había visto el valor de esas tres esculturas. Para que él arribe a las once en punto significaba que tenía la misma idea que el Conde Juneau.
“Señorita, venga por aquí, por favor.” El Conde Demme dijo con mucha cortesía a la asistente cercana, quien caminó hacia ellos con una sonrisa. El Conde Demme apuntó hacia las tres esculturas de Linley. “Estoy dispuesto a pagar mil monedas de oro por cada una de esas esculturas.”
La asistenta dijo con cortesía, “solo un momento.”
Ella tomó el libro de registro e hizo algunas anotaciones antes de poner las ofertas al costado de las esculturas.
“¿Mil monedas de oro?” Los músculos faciales en el rostro del Conde Juneau se retorcieron.
El Conde Demme dijo con una sonrisa, “Conde Juneau, esas tres esculturas son realmente excepcionales. Cierto, ¿qué lo trae aquí a tales horas en la noche, en vez de estas descansando en casa? ¿También está aquí por esas tres esculturas?”
El Conde Juneau soltó un ligero tarareo.
“No esperé que el Conde Demme estaría muy interesado en esas tres esculturas. Honestamente, no les he puesto mucha atención aún. Déjeme darles una mirada primero.” El Conde Juneau sonrió, entonces giró y comenzó a estudiar con intensidad las tres esculturas, totalmente ignorando al Conde Demme.
Al ver la escena antes él, el Conde Demme se mofó mentalmente. “Viejo zorro, ¿realmente crees que puedes esconder tus pensamientos de mí?”
Como los murmullos de un río, la música continuó reproduciéndose en el salón principal de la Galería Proulx. Ambos Condes vieron tranquilamente muchas esculturas. La galería quedó tan tranquila como siempre.
“Dong. Dong.” Los relojes en las paredes comenzaron a campanear.
Ya era medianoche.
“Señorita, por favor venga aquí.” El Conde Juneau dijo a la asistenta, quien de inmediato se acercó.
“Esas tres esculturas, estoy dispuesto a pagar 1010 monedas de oro.” El Conde Juneau hizo su oferta al último momento.
La asistenta vio que la actual oferta en las esculturas era de 1000 monedas de oro. Ella no pudo evitar mirar hacia el Conde Juneau. Era muy afortunado que el Conde Juneau había agregado diez piezas, y no solo una.
“Por favor espere un momento.” La asistenta tomó su libro de registros.
“Conde Juneau, ¿de verdad solo agregaste diez piezas de oro? ¡Ofertaré 1100 monedas de oro!” La voz del Conde Demme se escuchó. El Conde Juneau frunció el ceño mientras giraba a mirar al Conde Demme, que estaba casualmente caminando con un aire jocoso y una mirada arrogante en sus ojos.
Mientras giraba, el Conde Demme había estado poniendo atención al Conde Juneau todo el tiempo, y cuan pronto como el Conde Juneau hizo su oferta, él apareció.
“Oferto 1200.” El Conde Juneau dijo en voz baja, con furia claramente visible. Al ver que se avecinaba una lucha entre los dos nobles, la asistenta cerró su libro de registro y se puso de pie a un lado, viendo la batalla con felicidad. Los asistentes de la Galería Proulx amaban ver a los clientes enfrascarse en guerra de ofertas.
El Conde Demme miró al Conde Juneu con ‘asombro’. “Conde Juneau, a pesar que las esculturas en el salón de los expertos son solo dignas de alrededor de mil monedas de oro. ¿Cuán frugal es usted para estar dispuesto a pagar 1200 monedas de oro?”
¿Frugal?
¡Miseria era la palabra! El Conde Juneau era notorio por si me tacañería.
“Conde Juneau, si usted está dispuesto a ofertar 1200, entonces tampoco puedo ser tacaño. ¡1300 pieza de oro!”
La mirada del Conde Juneau se volvió fría como el hielo. “La única razón por la que estoy dispuesto a ofertar una suma alta por esas tres esculturas es debido a que les tomé afecto. Su valor real está alrededor de las mil monedas de oro. ¡1500 piezas de oro! Si usted, Conde Demme, está dispuesto a hacer una oferta más alta, entonces puede tomarlas.” El Conde Juneau hizo su oferta final.
Honestamente, el Conde Demme no era tan perspicaz como el Conde Juneau. Él no descubrió el aura extraña y única de esas esculturas.
En los ojos del Conde Demme, esas estatuas no contenían algún secreto. Eran solo tres buenas piezas de arte, dignas de mil monedas de oro o un poco más. Si él levantaba más el precio, no habría punto.
“Jaja.” El Conde Demme rio. “Es tan raro para el Conde Juneau estar tan refrescantemente magnánimo en su oferta. En honor a esta ocasión, ciertamente no puedo robarle a un hombre sus amadas posesiones. Esas tres esculturas son todas suyas, Conde Juneau.”
Solo ahora la asistenta dio un paso al frente otra vez y comenzó a registrar la oferta en su libro.
“Milord Condes, ya es medianoche. La galería está a punto de cerrar. Conde Juneau, mañana prepararé personas para que lleven las esculturas a su mansión.” La asistenta sonrió. Solo ahora el Conde Juneau también sonrió.
EL Conde Juneau lanzó una mirada al Conde Demme, con desdén. “Niño. ¿Cuántos años he pasado analizando esculturas de piedra? No tienes alguna percepción, y aun así ¿quieres ofertar contra mí?”
